sábado, 13 de octubre de 2012

Mi comunidad: Personas mayores en situación de desastres o emergencias.


Por: Ana Carvajal


Foto: Servicios Integrales de Ayuda para el Adulto Mayor

Un desastre es un evento (generalmente destructivo) que interrumpe las capas o el tejido social y las rutinas de una comunidad y supera la capacidad inherente de la comunidad afectada para responder al evento. Independientemente del tamaño de la jurisdicción, un desastre obliga a una respuesta conjunta de todos los integrantes de la comunidad que involucra la coordinación interinstitucional y la movilización de las organizaciones no gubernamentales que ayudan  en la respuesta a desastres, socorro y servicios de recuperación.

Los niños, las mujeres, las embarazadas y las personas mayores, son los más vulnerables  en situaciones de desastres.

En las personas mayores el grado y severidad en que  se vean afectados en emergencias y situaciones de desastres depende de varios factores como: discapacidad física, deterioro de la capacidad mental, disminución de la fuerza física y  presencia de enfermedad crónica como diabetes, hipertensión y enfermedad cardíaca, entre otras.  Muchos ancianos viven solos y si tienen discapacidad auditiva y visual su capacidad de respuesta  en una situación de desastre se ve limitada,  por ejemplo puede ser que no  puedan escuchar o leer  las instrucciones o recomendaciones en una situación de emergencia. Personas mayores que usan  silla de ruedas, muletas o estén encamados  presentan limitación para la movilidad o desplazamiento y pueden depender de otras personas en caso de evacuaciones o desalojo de la vivienda o  residencia.   

En  situaciones de emergencia los servicios  de salud  se colapsan para atender los pacientes afectados directamente por el desastre, por ejemplo: atención de los heridos y traumatizados en  terremotos. Si el Sistema de Salud no está  suficientemente preparado y organizado  en un plan de respuesta pre, durante y post desastres, la  atención de los pacientes  mayores, a menudo, se ve a comprometida. Por otro lado en situaciones de desastres  las personas mayores pueden presentar exacerbaciones de su enfermedad  de base o comorbilidad como la diabetes y la hipertensión arterial, entre otros. 

Las comunidades organizadas deben conocer  el número de personas mayores que  viven en su comunidad, conocer  sus necesidades y además contar con el personal de ayuda y acompañamiento  para la atención y ayuda de dichas personas  en caso de situaciones de emergencias o desastres.

La OPS , en una contribución al Día Mundial de la Salud 2012 Envejecimiento y Salud,  publicó un libro  sobre las “Directrices para la integración de las necesidades de las Personas  mayores en Situaciones de Desastre en el Caribe”, entre otras cosas;  recomienda a  los  niveles locales, regionales y nacionales contemplar  las  necesidades  de las personas mayores en situaciones de desastres como: cuidados de salud,  soporte psicológico, plan de evacuación, suministro de medicamentos para enfermedades crónicas  y/u organización de vivienda temporal. Recomiendan además a los diferentes  niveles  tener un mapa  con los diferentes tipos de  riesgo,  población  de las personas mayores expuestas, distribución por género, tipo de enfermedades y prevalencia de las enfermedades crónicas presentes en dicha población, además de contar con el recurso económico y de personal necesarios para la atención de los mayores en situaciones de  emergencia o desastres. Recomienda  que en situaciones de desastres muchas personas mayores por su experiencia  y conocimiento en diferentes áreas pueden inclusive ser un factor clave en la resiliencia (respuesta positiva ante un evento traumático) y recuperación post desastre.

Recomendaciones 
  1. Contar con un maletín de emergencia  que contenga: agua envasada, galletas, enlatados, abrigo o frazada  y las medicinas que toma usualmente para su  enfermedad de base: diabetes, hipertensión arterial, etc.

  2. Anotar en un lugar visible (puede ser en la puerta): teléfono  de un familiar o amigo para avisar en caso de una  emergencia o un desastre.

  3. Anotar en un lugar vivible los teléfonos de emergencia de  instituciones como: bomberos, ambulancia, médico de cabecera, hospital y/o clínica, grupos de apoyo, etc.

  4. Tener  en un lugar accesible los  papeles de identificación.

  5. Contar con  linterna, velas, fósforo  y radio de pila.

  6. Mantener el teléfono cargado y con saldo.

  7. Mantener comunicación con familiares y/o amigos (preferiblemente un vecino)

  8. Estar atento a las recomendaciones de las autoridades.

Referencias:

1- OPS. “Directrices para la integración de las necesidades de las Personas  mayores en Situaciones de Desastre en el Caribe”. Abril de 2012

2- Secretaría De Salud de México. Programa de acción Específico 2007-2012. Urgencias Epidemiológicas y Desastres Primera edición 2008. Disponible en: