Por: Ana Carvajal
Foto: Servicios Integrales de Ayuda para el Adulto Mayor
Un desastre es un evento (generalmente destructivo) que interrumpe las capas o el tejido social y las rutinas de una comunidad y supera la capacidad inherente de la comunidad afectada para responder al evento. Independientemente del tamaño de la jurisdicción, un desastre obliga a una respuesta conjunta de todos los integrantes de la comunidad que involucra la coordinación interinstitucional y la movilización de las organizaciones no gubernamentales que ayudan en la respuesta a desastres, socorro y servicios de recuperación.
Los niños, las mujeres, las embarazadas y las personas mayores, son los más vulnerables en situaciones de desastres.
En las personas mayores el grado y severidad en que se vean afectados en emergencias y situaciones de desastres depende de varios factores como: discapacidad física, deterioro de la capacidad mental, disminución de la fuerza física y presencia de enfermedad crónica como diabetes, hipertensión y enfermedad cardíaca, entre otras. Muchos ancianos viven solos y si tienen discapacidad auditiva y visual su capacidad de respuesta en una situación de desastre se ve limitada, por ejemplo puede ser que no puedan escuchar o leer las instrucciones o recomendaciones en una situación de emergencia. Personas mayores que usan silla de ruedas, muletas o estén encamados presentan limitación para la movilidad o desplazamiento y pueden depender de otras personas en caso de evacuaciones o desalojo de la vivienda o residencia.
En situaciones de emergencia los servicios de salud se colapsan para atender los pacientes afectados directamente por el desastre, por ejemplo: atención de los heridos y traumatizados en terremotos. Si el Sistema de Salud no está suficientemente preparado y organizado en un plan de respuesta pre, durante y post desastres, la atención de los pacientes mayores, a menudo, se ve a comprometida. Por otro lado en situaciones de desastres las personas mayores pueden presentar exacerbaciones de su enfermedad de base o comorbilidad como la diabetes y la hipertensión arterial, entre otros.
Las comunidades organizadas deben conocer el número de personas mayores que viven en su comunidad, conocer sus necesidades y además contar con el personal de ayuda y acompañamiento para la atención y ayuda de dichas personas en caso de situaciones de emergencias o desastres.
La OPS , en una contribución al Día Mundial de la Salud 2012 Envejecimiento y Salud, publicó un libro sobre las “Directrices para la integración de las necesidades de las Personas mayores en Situaciones de Desastre en el Caribe”, entre otras cosas; recomienda a los niveles locales, regionales y nacionales contemplar las necesidades de las personas mayores en situaciones de desastres como: cuidados de salud, soporte psicológico, plan de evacuación, suministro de medicamentos para enfermedades crónicas y/u organización de vivienda temporal. Recomiendan además a los diferentes niveles tener un mapa con los diferentes tipos de riesgo, población de las personas mayores expuestas, distribución por género, tipo de enfermedades y prevalencia de las enfermedades crónicas presentes en dicha población, además de contar con el recurso económico y de personal necesarios para la atención de los mayores en situaciones de emergencia o desastres. Recomienda que en situaciones de desastres muchas personas mayores por su experiencia y conocimiento en diferentes áreas pueden inclusive ser un factor clave en la resiliencia (respuesta positiva ante un evento traumático) y recuperación post desastre.
Recomendaciones
- Contar con un maletín de emergencia que contenga: agua envasada, galletas, enlatados, abrigo o frazada y las medicinas que toma usualmente para su enfermedad de base: diabetes, hipertensión arterial, etc.
- Anotar en un lugar visible (puede ser en la puerta): teléfono de un familiar o amigo para avisar en caso de una emergencia o un desastre.
- Anotar en un lugar vivible los teléfonos de emergencia de instituciones como: bomberos, ambulancia, médico de cabecera, hospital y/o clínica, grupos de apoyo, etc.
- Tener en un lugar accesible los papeles de identificación.
- Contar con linterna, velas, fósforo y radio de pila.
- Mantener el teléfono cargado y con saldo.
- Mantener comunicación con familiares y/o amigos (preferiblemente un vecino)
- Estar atento a las recomendaciones de las autoridades.
Referencias:
1- OPS. “Directrices para la integración de las necesidades de las Personas mayores en Situaciones de Desastre en el Caribe”. Abril de 2012
2- Secretaría De Salud de México. Programa de acción Específico 2007-2012. Urgencias Epidemiológicas y Desastres Primera edición 2008. Disponible en: