lunes, 1 de octubre de 2012

Reflexiones: Carta de ciudadano de la tercera edad




Aprender a envejecer puede ser la clave de una  magnifica y fructífera existencia llena de luz y experiencias vivificantes. Hay cierta infundada opinión que aproximarse a las puertas de la vejez tiene cierta similitud con entrar en un mundo de soledad, tristeza, nostalgia sin más virtud que estar a la espera del final. Como  el destino natural de  los humanos es envejecer, (o quizá la buena fortuna),  sabio es aprender a disfrutar con  mayor intensidad y a consciencia de entrar en una etapa en la cual nuestras  emociones, saberes y afectos  que  tienen como compensación la riqueza de la experiencia vital acumulada,  la ventaja de ser auténticos y gozar del amor y respeto de nuestros hijos y nietos, esos afectos y vivencias llenan nuestra existencia. Pero queda algo más... ¿Cómo compartir todas esas vivencias con efectos multiplicadores? NO ESTAMOS SOLOS, compartamos nuestros conocimientos y vivencias  con nuestros amigos y familiares. Crisóstomo Ruiz* (Sic..). Las Acacias. Caracas, 2012. Fuente: Revista Zeta Nº 1849- 20-04-12


*Tomás Crisóstomo Carvajal Ruiz.

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